3.1.10

Con qué nuevos ojos te veré

Con qué nuevos ojos te veré
Por: Alejandro Aura

¿Con qué nuevos ojos te veré, vida,
ahora que salga otra vez a buscarte,
qué membrana sutil vendrá por arte de oficios
a cubrir mi mirada para filtrar la gama
inagotable de matices que manan de ti
como de la luz brota lo verde en tanta profusión
que no hay glosa que agote su manto de sorpresas;

con qué ojos te veré
que puedan describir al mismo tiempo
la mezcla de tu inverosímil variedad
de materiales y sombras y trasuntos
y todo lo demás que ocurre tierra adentro
construyendo especies que nunca habían vivido
y piden a su creador un nombre que las nombre,
una entidad que las proyecte al tiempo;

con qué ojos nuevos te veré que sirvan
lo mismo para el sí que para el no
y no tengan ya que escabullir el bulto
por no haber entendido a tiempo lo evidente,
lo clara, vida, que es tu transparencia,
que no me coja ciego la nueva vida que vea;

con qué ojos de alegría me asomaré
por última vez a la ventana antes de salir
a mirar la perspectiva y su sonrisa ignota,
ojos de asombro, ojos de lumbre, ojos de tinta,
ojos de miel y terciopelo; y cómo habré de conservar
tal entusiasmo cuando ponga mi pie en el umbral común
y tenga que aportar lo que yo traje;

tendré que ser prudente y decidido
y acoger todas las cosas como vengan,
más abierto que el cáliz de un tulipán maduro
y listo para decir con precisión lo que me toque
así sea el silencio más negro entre lo negro,
el negro y contundente silencio del silencio,
o me toque tal vez, jugando adivinanzas,
morder una manzana para sacar el nombre de la fruta
y que comience de nuevo a hacerse la palabra:
háganse todas las cosas otra vez,
empiécense las obras bonitas y las obras feas,
frescas ambas y con toda la vida por delante;

no quiero censurar ninguna de tus partes,
ni ser el aguafiestas de tus fastos,
yo no gano nada con ser tu detractor, basura,
simplemente te veo que existes y que dependes de mí
en tan alto grado que me espanta, y pienso:
tiene que haber un lugar para la basura
también adentro de mi corazón, no puedo estar
siempre negándola como si yo fuera el sacerdote
sin humor, encargado de la limpieza del templo,

y me echo a correr y a saltar por esos campos
con la ilusión de inaugurar otra mirada,
una que acepte las cosas como son y sepa verlas,
igual ver lo sublime sin que la piel se quiebre
que ver lo abominable sin volverse la tonta,
la anónima, la pobrecita aguja del pajar;

con qué ojos renovados te veré, vida,
cuando comience a germinar mi voluntad
y emprenda con ojos nuevos de nuevo mi camino?

2 comentarios:

  1. fantástico que alternes los asuntos graves del mundo con poemas que aligeran su peso.
    Y para los que quieran leer más poemas de Alejandro Aura pueden llegar a ellos en
    www.alejandroaura.com.

    Saludos, Milagros

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  2. alexitosr1:57 p.m.

    Acaso sera con "ojos de enamorado cuervo"????

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