19.2.09

¿Cuánto durará la crisis? / Por Alberto Serdán

¿Cuánto durará la crisis?: Indicadores coincidente y adelantado

Para l@s bebés, Grandpa, Tana y Emma que están en el cielo desde diciembre y que me impulsaron a hacer este blog. A Claudia y a ustedes.

Hoy INEGI publicó los indicadores coincidente y adelantado para noviembre de 2009 en México. Si usted apenas está sintonizando en este blog, le sugiero que antes de seguir visite el post “Prediciendo el futuro: indicadores líderes y coincidentes” (5/ene/09) y regrese para acá en cuanto acabe. En ese post les presenté las cifras que nos dirían si ya se había acabado la crisis en Estados Unidos o no y también ofrecí un intento de explicación de lo que son estos indicadores. Si ya está por acá de regreso, bienvenida o bienvenido y agarre aire, porque el horno no está para bollos.

Retomando lo que se dijo entonces, estos indicadores dan una idea de hacia dónde se dirige la economía de un país. No predicen la profundidad de la crisis, pero sí pueden estimar su duración con cierta confianza.

El Chicote Postmoderno se dio a la tarea de averiguar cuánto duraría la crisis en México (crisis que el viernes puede hacerse oficial y que el sábado nos enteraremos en los periódicos que ha comenzado, eso sí lo aseguro… por cierto que el sábado es un día muy conveniente para anunciar el inicio de la crisis ya que el gobierno se evitará la pena de que comentemos el tema en nuestros centros de trabajo o en radiopasillo).

Perdón por este desvío (¿desvarío?) futurista. En fin, como les iba diciendo, el Chicote da un “educated guess” (forma elegante de decir “un volado”) sobre la crisis que se viene ¿o que ya llegó?

Acorde con el Chicote’s Intelligence Unit, la crisis tendrá su punto más bajo no antes de abril de 2009 y comenzará la recuperación no antes de noviembre de 2009. Esto será si y sólo si la cifra de noviembre del indicador adelantado refleja el punto más bajo de la crisis. Pero, como esto seguramente no será el caso (si ha seguido a este blog podrá coincidir conmigo), pues que la crisis nos agarre confesados hasta el año 2010 cuando empiece la recuperación.

¿Cómo me atrevo a dar con semejante “catastrofismo”? Pues me atrevo a dar este dato porque me puse a revisar lo que ha ocurrido con el indicador adelantado (el que dice si ya tocamos fondo o todavía le falta) en crisis anteriores (desde 1983) y lo comparé con el comportamiento del indicador de la actividad industrial en el mismo periodo. Abajo ofrezco una tabla y una gráfica con estas comparaciones.


(haga clic sobre la imagen para agrandarla)

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Como puede verse, pasan en promedio cinco meses del punto más bajo del indicador adelantado antes de que la actividad industrial muestre su punto más bajo. Y pasan en promedio 12 meses antes de que el indicador industrial muestre una recuperación económica.

Mañana se publican los indicadores adelantados de Estados Unidos. Si éstos dicen que ya tocaron fondo, ya la hicimos, y si no… a trabajar, a trabajar muy duro.

Para no dejar un ambiente fúnebre, lanzo algunas ideas de lo que pueden hacer diferentes actores de la sociedad.


Acciones que pueden hacer los empresarios:

Que eviten la tentación de reducir costos con cargo a la generación de empleos y su calidad. Deben evitar ser fuente de la precarización del empleo. En el largo plazo no es una buena apuesta para la sociedad mantener los mismos márgenes de utilidad, los mismos gastos suntuosos, los mismos privilegios a costa de de la salud, la seguridad y el ingreso de sus empleados y funcionarios.

Que los altos funcionarios bancarios decentes (que están en franca extinción) se comprometan con sus clientes, pensando en su beneficio, cuidando su patrimonio y orientándolos para tomar decisiones sensatas. Que ayuden con más empeño a fomentar una educación financiera que permita a los usuarios y familias a sacar el mejor uso de su dinero. Que estos mismos banqueros se arriesguen y bajen las tasas de interés para fomentar el crédito y la inversión.


Acciones que puede hacer el Congreso:

Proteger a los usuarios de la banca mejorando la regulación en materia de comisiones. Para poner un ejemplo, en función de sus activos, BBVA en México tiene 2.6 veces más ingresos por intermediación financiera que sus filiales en España y Portugal y 5.6 veces más que sus “negocios globales”.

Revisar la normatividad relacionada con la transparencia y la rendición de cuentas del sector financiero, adecuándola a las nuevas realidades globales para evitar la multiplicación de casos como el de Comercial Mexicana que manipuló sus operaciones de derivados en su contabilidad.

En materia presupuestaria, el Legislativo puede aprovechar las capacidades técnicas que ya posee para identificar y eliminar los gastos superfluos del presupuesto. Puede comenzar con una revisión de los gastos y privilegios fiscales que para 2009 se estimaron en 732 mil 666.6 millones de pesos, 38.4 veces todo el presupuesto para agua, drenaje y alcantarillado del gobierno federal. Eliminar el gasto en campañas de autopromoción sea de gobernantes o dependencias, en pleno año electoral de 2009, es una buena medida.

Fortalecer las capacidades de los centros de estudio del Congreso para que sean verdaderas instancias de contrapeso técnico a la información y análisis que provee Ejecutivo sobre la crisis financiera, al tiempo de promover una toma de decisiones informada entre las y los legisladores.

Que exista una metodología en la realización de los foros de análisis de las consecuencias de la crisis, que favorezcan la reflexión, sí, pero también que se encaminen a cambios legislativos específicos y se generen compromisos para ello.

Recuperar la memoria histórica del Fobaproa/IPAB para prevenir abusos en caso de que se repita la necesidad de contar con mecanismos que efectivamente favorezcan a los ahorradores y no los corruptos. Que el informe Mackey no quede arrumbado entre las telarañas de la anécdota.


Acciones que pueden hacer los gobiernos estatales y municipales:

Diseñar e instrumentar programas efectivos de seguro contra el desempleo, que estén coordinados con los demás esquemas de protección social, que sean transparentes y alejados del clientelismo y uso electoral.

Planear con sensatez e instrumentar programas de desarrollo de infraestructura social básica, así como infraestructura que favorezca la distribución y comercialización de productos agrícolas, que generen empleo, que favorezcan la creación de mercado interno y, sobre todo, que estén enfocados a reducir brechas de desigualdad. Tales programas deben considerar a los migrantes que retornarán a México producto de la crisis.

Reducción de gastos superfluos, gastos en publicidad de autopromoción gubernamental, en sueldos y salarios de altos funcionarios (que suelen superar a mandatarios de otros países), remodelaciones innecesarias o en adquisición de parque vehicular innecesario (lamentablemente las hummers y camionetas por el estilo no son exclusivas de los sindicatos).

Redoblar esfuerzos por contar con presupuestos que se orienten a resultados, que permitan evaluar el desempeño y monitorear la eficiencia de la gestión local. Que los gobiernos locales cuenten con buenos diagnósticos de las problemáticas de sus regiones, partiendo de procesos participativos e incluyentes: pasar de las generalidades a las acciones específicas que sean útiles y sustentables.

Impulsar la transparencia y una efectiva rendición de cuentas en el ámbito local: la opacidad favorece el derroche de recursos, mismos que no podemos darnos el lujo de desperdiciar.

Una utopía, pero igual hay que insistir: Que los gobiernos antepongan la necesidad de evitar otra debacle económica y la urgencia de cerrar brechas de desigualdad, en lugar de sus proyectos políticos personales y, más aún, su riqueza personal. Tampoco caer en la tentación de regalar dinero para ganar votos sino de verdaderamente crear mecanismos eficaces de protección social que permitan sortear los efectos indeseados de la crisis.


Acciones que puede hacer la sociedad civil organizada:

Una de las consecuencias de la crisis económica es la falta de crédito. Trabajadores domésticos, empleados de seguridad, pequeños comerciantes, etc. No tendrán acceso al crédito bancario, se perfila muy caro e inaccesible. La sociedad civil puede fomentar el crédito a través de cajas populares que, basados en la confianza y en bajos costos de operación, pueden ofrecer créditos a tasas mucho más pequeñas y accesibles que los bancos.

Otra de las consecuencias de la crisis es la restricción en el consumo. Uno de los primeros sableados son los gastos para la recreación y el esparcimiento. Con una niñez y juventud en franca vulnerabilidad (véase caso News Divine) la sociedad civil organizada puede impulsar actividades recreativas, artísticas y educativas valiéndose de la mano de obra voluntaria de quienes en estos momentos están a la espera de encontrar empleo.

En este mismo tenor, los periodos entre la pérdida del empleo y la obtención de uno nuevo, pueden ser espacios para la capacitación en idiomas y cómputo. Nuevamente, la sociedad civil puede jugar un importante papel en facilitar cursos y talleres a bajo costo.

También está la sociedad civil especializada en monitorear y dar seguimiento a las prioridades del gasto de todos los gobiernos. El horno no está para bollos ni para despilfarros. Una sociedad activa, vigilante, llena de propuestas puede aprovechar la coyuntura para señalar desvíos, abusos y proponer asignaciones hacia temas sociales y de generación de empleo. Esta vigilancia debe poner especial atención en los privilegios y gastos fiscales de unos cuantos, exigiendo explicaciones al gobierno del porqué de su existencia y pertinencia en estos tiempos de crisis.

Esta sociedad debe exigir transparencia y rendición de cuentas sobre las decisiones de nuestros gobiernos en relación al manejo de la crisis financiera. El gobierno en sus tres niveles debe proveer información para tomar decisiones, no encubrir los alcances y las consecuencias de la crisis bajo frases superficiales cobijadas en “catarritos”.


Acciones que puede hacer la sociedad desorganizada:


Poner a prueba a las instituciones y organizaciones que defienden a los consumidores. Presentarles casos, abusos, injusticias. Que no pase una. Que quienes no tienen empleo y tienen conocimientos de las nuevas tecnologías, puedan difundir estos casos en redes sociales de manera creativa y atractiva. Obama nos enseñó el poder de Internet para lograr propósitos y formar opinión. Para quienes no tengan esta herramienta a la mano, puede recuperarse la vieja tradición de los periódicos murales en parques, plazas y comercios para denunciar los abusos de las empresas de telefonía, de los bancos, de las tiendas de electrodomésticos, etc.

En fin estas son algunas propuestas, para que no me acusen de que sólo critico y no propongo nada.

Este blog se va de seminario. Regresaremos con los Chicotes el próximo lunes o “antes si sucede algo muy importante”.

PD 1. Si de mera casualidad consideran este post útil o interesante, no dejen de recomendarlo para qué más gente se entere. También les recuerdo que este blog está abierto a sus comentarios, inquietudes y sugerencias.

PD 2. Como saben, no soy economista. Favor de leer el Disclaimer de este blog.

INDICADOR ADELANTADO
ESTIMACIONES DE LA PROFUNDIDAD DE LAS CRISIS EN MÉXICO 1983-2009
FUENTE
Datos: INEGI, 2009
Cálculos, tablas y gráficos: Alberto Serdán, 2009

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