La danza de las cifras
Uno de los reclamos más sensibles de la población es que no hay información. Ni el gobierno federal ni los gobiernos estatales han dado con precisión el número total de muertos, de hospitalizados, de infectados por la influenza porcina (no sólo en el sector público sino en el privado); tampoco las condiciones socioeconómicas de los pacientes, sus medios de contagio, la situación de sus familiares y vecinos y las estimaciones de contagio en diversos escenarios que justifiquen su toma de decisiones. Vamos, hasta la distancia de dispersión de un estornudo es desconocida por la gente. En fin, la información útil que permita identificar las probabilidades de contagio y la magnitud del problema está lejos de la ciudadanía.
Por ejemplo, el conteo del gobierno pasó de 26 muertos “confirmados” por influenza porcina a 20 y ahora a 7, generando la percepción de que se sobredimensionó el problema. Por otro lado el gobierno argumenta que el problema va amilanando, que van disminuyendo el número de casos. Sin embargo, en el seguimiento que hemos dado a las cifras ofrecidas en las conferencias de prensa por el Secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, hay una contradicción evidente: derivado de sus datos, entre el 24 y el 25 de abril hubo un incremento de 274 infectados; entre el 25 y 26 de abril, 290 infectados, entre el 26 y 27, 381 y entre el 27 y 28 del mismo mes, 503 casos nuevos. O sea, en crecimiento. En tanto el número de defunciones siguió una tendencia creciente similar exceptuando el día de hoy en el que se pasó de 46 a 10 defunciones nuevos. No tiene sentido el optimismo del Secretario.
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Peor aún, cuando se le señaló que las cifras dadas por él no coinciden con las ofrecidas por los gobiernos de los estados, el Secretario se limitó a decir que los estados “no tienen la capacidad” para determinar si las muertes se debieron a la influenza porcina o no. Dicho de otro modo, los descalificó. ¿A quién creerle? Ya los medios internacionales habían hecho notar las discrepancias entre las cifras del gobierno de México y la OMS, a lo cual se pudo aducir que se trataba de correcciones en medio de una emergencia. Ahora parece claro que detrás de todo esto hay incompetencia, en el mejor de los casos, o franca manipulación de cifras, en el peor de los mismos.
Pero hay otra gran área de opacidad, relacionada con la oportunidad de las medidas que todas y todos conocemos. ¿Porqué el gobierno tardó en responder a la emergencia de la influenza? ¿Porqué no empezó más temprano reforzando las medidas de higiene –antes de pensar en suspender clases y otras actividades como eventos masivos o de plano la actividades económicas? ¿En verdad no tuvo tiempo?
Acorde con datos del Sistema Único de Información para la Vigilancia Epidemiológica, el gobierno tuvo margen de maniobra para actuar, para prevenir, y su respuesta fue, por decir lo menos, incompetente.
Como puede observarse en la gráfica, a partir de la segunda semana de febrero el gobierno sabía que los casos de influenza [en general] en 2009 eran mucho mayores que los de 2008. Incluso llegaron a duplicarse. Durante todo marzo la tendencia no sólo se mantuvo sino que creció, pues pasó de un incremento de 114 por ciento al final de febrero a uno de 184 por ciento a final de marzo y de 219 por ciento en la primera semana de abril. A partir de febrero, los casos nuevos de influenza en cada semana fueron de 33 en promedio en 2009 y de sólo 8 en 2008.
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No obstante, el gobierno decretó la alerta epidemiológica ¡hasta el 16 de abril! Y no promovió acciones dirigidas a toda la población para evitar un contagio mayor ¡hasta las 23:00 horas del 23 de abril!
[Nota adicional (10:58 am, 29/04/09) a petición de un lector de El Chicote Postmoderno: Si bien es cierto que el gobierno declaró la emergencia inmediatamente al tener conocimiento de la nueva cepa (ahora conocida como influenza porcina) el 23 de abril, desde mediados de febrero tenía información de un comportamiento atípico de la influenza (que también puede ser grave) sin que haya anunciado ampliamente medidas preventivas, específicamente las higiénicas, como aprender a estornudar, lavarse las manos, detectar los síntomas, etc. (mucho antes de pensar en cerrar escuelas o medidas absurdas como la de cerrar restaurantes que nos recetó el Gobierno del Distrito Federal).]
Los datos epidemiológicos, semana por semana, de la evolución de las enfermedades respiratorias, están arrumbados lejos de una lupa ciudadana, sin que se sistematice y presente de una manera clara, comprensible y abierta a la ciudadanía.
El gobierno nos trata como menores de edad. Ello es inadmisible. Tenemos el derecho y la necesidad de contar con información confiable, clara y oportuna. El gobierno no está haciendo su tarea.
Muchas gracias a Pilar Tavera por su apoyo en la sistematización de los datos epidemiológicos.
GRÁFICA DE POSIBLES MUERTES POR INFLUENZA EN MÉXICO
GRÁFICA DE POSIBLES INFECTADOS POR INFLUENZA EN MÉXICO
FUENTE
Datos: Conferencias de prensa ofrecidas por el Dr. José Angel Córdova Villalobos, Secretario de Salud de México, abril de 2009.
Cálculos y gráficos: Alberto Serdán, 2009.
CASOS DE INFLUENZA EN MÉXICO, 2008-2009
FUENTE
Datos: Sistema Único de Información para la Vigilancia Epidemiológica, 2009.
Sistematización: Alberto Serdán con la colaboración de Pilar Tavera, 2009.
Gráficos: Alberto Serdán, 2009.
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