La pobreza en México
Este tema es muy polémico pues parte de una serie de preguntas básicas ¿quién es pobre? ¿se es “pobre” o “se vive en” condiciones de pobreza? ¿superar la pobreza es lo mismo que tener bienestar; que vivir en felicidad; vivir en un ambiente de seguridad, sin riesgos; es tener nuestras necesidades básicas satisfechas; es poder ser recompensados por nuestro esfuerzo de acuerdo a nuestros merecimientos; es poder ejercer plenamente nuestros derechos; es alcanzar el florecimiento humano? ¿todas las anteriores?
Es polémico porque dependiendo del enfoque que usemos, será entonces la forma en que la medimos y, más importante aún, será la forma en que definamos las políticas que deban seguirse para que las personas superen la pobreza y ejerzan sus derechos (nótese que a mí me gusta más el enfoque de derechos). Recordemos que un buen diagnóstico y planteamiento del problema puede contribuir en una muy buena parte a la solución.
En cualquier caso, la vida en condiciones de pobreza es inaceptable y es denigrante de la dignidad humana y de los derechos humanos (en un sentidio amplio).
En fin, muchos autores han dedicado sus vidas para resolver estas preguntas. Desde que son varias las vidas involucradas y poco el espacio de este blog, usaremos una definición (que es muy debatible pero también útil para este blog) usada por Miguel Székely. Esta definición puede resumirse (para efectos de este blog) en lo siguiente: viven en pobreza todas aquellas personas u hogares que tienen un ingreso por debajo de una línea definida por una cantidad de dinero específico (la cual, a su vez, se define por una lista de bienes de consumo que son indispensables para cada época).
Dicho de otro modo, se pregunta ¿con cuánto dinero alcanza para comprar alimentos y cosas indispensables para vivir, para acceder a la educación y la salud e, incluso, para formar un patrimonio? Pues bien, estos cálculos establecen esta cantidad de dinero y los que viven debajo de esa cantidad, se asume que viven en condiciones de pobreza.
Señalaba que es muy útil esta definición porque permite comparar con años atrás ya que la información necesaria para calcular la pobreza en México –vista desde esta perspectiva– es más o menos comparable y ha sido más o menos sistematizada. Hay otras definiciones de pobreza que pueden ser mucho más precisas o interesantes pero que su medición puede resultar muy complicada para compararse con varias décadas atrás y que en estos momentos no se cuenta de manera oficial.
Dicho lo anterior, las gráficas de hoy muestran la evolución de la pobreza desde 1950. Como puede observarse, la pobreza en México se ha reducido históricamente en términos relativos, es decir, como porcentaje de la población, pero ha ido incrementándose en términos absolutos, es decir, en número de personas que viven en esa condición.
Visto como porcentaje de la población, la pobreza ha tenido una disminución sostenida hasta los años 80, en que hubo una serie de crisis que deterioraron los ingresos de las familias. No obstante, como puede verse también, la crisis de 1995 fue devastadora para la economía familiar y provocó un incremento brutal en el número de personas que vivieron en condiciones de pobreza (no puedo dejar de mencionar que esa crisis fue producto de una combinación de fallas históricas pero, sobre todo, de las ambiciones y estupideces de Carlos Salinas y la torpeza de Ernesto Zedillo). Pareciera también que la reducción de la pobreza en los últimos diez años puede ser un retorno a las tendencias pre–crisis “Tequila” más que una reducción real de la pobreza.
Por el otro lado, visto en millones de personas, la pobreza es el reflejo de un fracaso mexicano del siglo XX (como dijera Macario Schettino) que debemos, principalmente, al PRI y a su visión patrimonialista, clientelista y corrupta del nacionalismo revolucionario. La debemos también a las ambiciones personales y a las oportunidades perdidas, así como a la ausencia de políticas basadas en evidencias y más bien basadas en el dogma o, más comúnmente, al clientelismo y la corrupción (perdón por la insistencia).
Visto como porcentaje de la población, la pobreza se ha “administrado”; pero, en términos absolutos, la tarea no está hecha: la vida de cada persona es tan importante, que el número de personas que han vivido en México en pobreza (al acumularse en millones sin reducirse significativamente en todo este tiempo) no puede sino darnos vergüenza y empujarnos a actuar. Sin autocomplacencias. Creo que se necesita, y lograr que la sociedad y las personas tengan una vida digna –en el ejercicio pleno de sus derechos– hay que hacerlo posible.
La crisis que se viene nos afectará a todos, pero, sobre todo, a quienes viven en la pobreza y que serán vapuleados una vez más.
Hasta mediados de este año nos enteraremos de lo que ocurrió en 2008. Una advertencia: la encuesta con la que se hacen los cálculos de la pobreza se levantó entre julio y octubre de 2008, aproximadamente, y refiere a la situación económica de los hogares desde seis meses antes del levantamiento de esta información (es decir, el primer semestre de 2008). La crisis, como la conocemos, comenzó en septiembre y todavía no se ha visto lo peor. Se esperan, entonces, cifras alegres por parte del gobierno pero que difícilmente darán un panorama de lo que ocurre en la actualidad. Sin duda habrá que estar pendientes.
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POBREZA EN MÉXICO 1950-2006
FUENTE
Datos y Cálculos: Pobreza 1950–1989, Székely, M., 2005, “Pobreza y desigualdad en México Entre 1950 Y El 2004”, Serie Documentos de Investigación, Sedesol: México, julio de 2005, p.15
Pobreza 1992–2006, Coneval, 2007
Gráficos: Alberto Serdán, 2009
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