12.1.09

Las devaluaciones / Por Alberto Serdán

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Las devaluaciones del tipo de cambio

Las devaluaciones no son siempre son lindas (a veces, en ciertas circunstancias, sí lo son). No son lindas porque pueden provocar muchas cosas: pánico entre la gente; avaricia por ganar dinero fácilmente; inflación porque los productos e insumos que vienen del extranjero son más caros, lo que se refleja en el precio final al consumidor (o sea nosotros); incremento en las deudas que se tienen con proveedores en el extranjero y que pueden duplicarse de la noche a la mañana; en fin, planes y prospectos que pueden venirse abajo.

No existe una sola causa por la cual ocurren las devaluaciones. Para entender mejor este fenómeno, conviene visualizar lo que ocurre día a día: la gente se presenta en una ventanilla (que suele ser un banco o una casa de cambio) y uno compra, en este caso, dólares. Estas personas se van felices con sus dólares, sea que las depositen en una cuenta bancaria, sea que paguen algo con esos billetes, o sea que los guarden en su colchón.

Para que eso ocurra, deben existir dólares en los bancos. Éstos se obtienen por los billetes verdes que ingresan al país por venta de las empresas exportadoras (como Pemex), por remesas que vienen del extranjero, por los billetes que cambian los turistas al llegar al país y un largo etcétera. En estos tiempos, no siempre se presenta alguien en las ventanillas y la gente puede hacer estas operaciones desde la comodidad de su hogar de forma electrónica.

A su vez, el gobierno lo que hace es recoger físicamente esos dólares que ingresan al país a los bancos y casas de cambio y guardarlos en una gran bóveda a lo que llamará “reservas internacionales”, principalmente. Los otros dólares que ingresan se usan para venderlos a aquellas personas que se presentan en las ventanillas y quieren comprar dólares.

Partiendo de estos principios básicos, por una simple ley de la oferta y la demanda, puede decirse que cuando hay pocos dólares y mucha gente que los quiere comprar, el precio del dólar sube; y a la inversa, cuando hay muchos dólares y menos gente que los quiere, el precio baja. Sin embargo, las causas que provocan que el precio del dólar baje o suba son muy variadas.

Entre las razones más usadas para explicar las devaluaciones a consecuencia de más personas que quieren comprar dólares se encuentran: fuga de capitales, diferencias en la inflación entre un país y otro, necesidad de comprar dólares para pagar deudas, balanzas comerciales deficitarias, entre muchas otras.

Una causa común de las devaluaciones son las fugas de capitales, es decir, gente que decide comprar muchos dólares y se los lleva al extranjero. Esto puede ocurrir porque la gente no confía en la economía local y prefiere tener su dinerito en dólares; porque en otro lado del mundo necesitan dólares (como ocurrió recientemente); porque apostaron a que el precio del dólar iba a ser una cantidad y resultó ser otra y, para pagar la diferencia, necesitan comprar dólares, y un largo etcétera.

Otra razón son las diferencias de inflación entre dos países, en este caso México y Estados Unidos. Por ejemplo, si en México la inflación creció en 5 por ciento y en EUA, 4 por ciento, la moneda mexicana debería devaluarse más o menos en 1 por ciento para que los precios reales en uno y otro lado se parezcan: que los coches valgan más o menos lo mismo en uno y otro lado.

Otra causa común es que el gobierno tenga un gran déficit en su presupuesto, es decir, que gaste más de lo que tiene y, para cubrir esos huecos, decide pedir prestado; llega el día de pagar y no tiene dólares para pagar, así que necesita devaluar la moneda para que le alcance. O que haya una balanza comercial deficitaria, es decir, que haya más importaciones que exportaciones y, por lo tanto, la necesidad de pagar cosas en dólares sea mayor que los ingresos en dólares que hay en el país. Esto es similar a cuando empresas y personas tienen deudas en dólares y necesiten dólares para pagarlas, más dólares de los que hay disponibles en el mercado.

En fin, estas sólo son algunas causas, hay muchas más e incluso maneras mucho más profundas y sofisticadas para explicar estos fenómenos. Sin embrago, para el efecto de este Blog, quedémonos en lo que implican las devaluaciones y en cómo le ha ido a la moneda recientemente.

Como puede verse en las gráficas, el peso tiende a devaluarse. Es su forma de vida, no hay perro que lo salve, es producto de la fragilidad de nuestra economía, de los errores de nuestros gobernantes y de la nueva vida global.



Desde finales de septiembre de 2008, la moneda mexicana se ha visto envuelta en dramáticas variaciones. Si las ponemos en perspectiva, estas variaciones son las más altas desde 1998 y ciertamente no se comparan con las de 1976, 1983, 1986 y 1995.



Al parecer, aún no se ha tocado fondo ya que aún existen presiones a nuestra moneda. Una muy importante es el déficit en la balanza comercial que es la más alta desde los años previos a la crisis de 1995, aunque ahora se cuenten con reservas de dinero mucho mayores que las que se tenían en esos tiempos (casi todo lo que se tenía en reservas, se tenía en déficit, ahora hay casi seis veces más dinero en las reservas que el déficit en la balanza comercial).

En cualquier caso, hay daños que ya están hechos: es imposible que una devaluación del 25 por ciento, como la que tenemos en lo que va de enero de 2009 comparado con enero de 2008, no tenga un impacto en nuestra economía del día a día.

Hay que estar pendientes de las repercusiones que tendrá esta reciente devalaución.





TIPO DE CAMBIO
BALANCE COMERCIAL
FUENTE
Datos: Banxico, 2009
Cálculos y gráficos: Alberto Serdán, 2009

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